En 2014, la psicóloga Natalia Azúa llegó a las Escuelas de Pregrado de la FEN, entregando apoyo a las y los estudiantes en temas de desarrollo personal, búsqueda de identidad y trastornos de ánimo. Este año, Natalia asumió el desafío de liderar la nueva área de Salud Mental y Calidad de Vida Estudiantil, que reemplaza al Programa de Apoyo Psicológico (PAS).

En sus 10 años de experiencia trabajando en la FEN, Natalia ha visto en primera persona cómo ha cambiado la percepción de la comunidad estudiantil sobre la salud mental, y cómo la Facultad ha sabido adaptarse a los nuevos desafíos y necesidades de las y los estudiantes.

“Cuando llegué a la FEN trabajaba principalmente en atención individual estudiantil. A nivel global, había una concepción de la salud mental como un problema que había que trabajar a nivel individual y que quedaba desarraigado del contexto. Han pasado varias cosas a nivel nacional -y universitario- que han hecho que la salud mental sea un eje más central de la vida de las personas, y que sea considerado como un ámbito multidimensional. Eso ha forjado un cambio de perspectiva y en el abordaje de lo que es la salud mental estudiantil”, destaca la psicóloga.

Desde su experiencia en la FEN, Natalia reconoce que “se ha pasado desde un abordaje mucho más individual y segmentado del espacio universitario, a uno más integrado, en donde el individuo y la comunidad necesitan considerar cómo es el espacio, la cultura, las relaciones. Esto colabora a terminar con la estigmatización de la salud mental, y ese ha sido un tránsito bien bonito”.

En esa línea, la psicóloga explica que la nueva área de Salud Mental y Calidad de Vida Estudiantil busca ampliar los dispositivos de atención dentro de la FEN con una perspectiva de salud pública. “Ha sido una transición bien paulatina. Seguimos entregando la atención individual, pero en un nivel más amplio, no sólo en lo clínico. Cubrimos los ámbitos de calidad de vida con el Programa de Convivencia, con atención a las relaciones interpersonales, con atención a los proyectos de vida. Entonces, ampliamos las opciones disponibles de atención”, explica Natalia Azúa.