Francois Pouzet es ingeniero comercial de la FEN, y actualmente es una de las figuras más reconocidas en el mundo del emprendimiento nacional. Es socio fundador de diversas compañías como Float Chile, el primer centro de flotación de nuestro país, y Emprendedor Chile, una plataforma de cursos online, entre otras.

Al mismo tiempo, crea contenido para su canal de YouTube, que visibiliza la experiencia de empresarios y emprendedores nacionales e internacionales. “Tengo una labor de difusión. Empecé el 2020 para ayudar a las personas que sueñan con emprender, con consejos prácticos y entregando, de alguna manera, un paso a paso de cómo se parten los negocios”, destaca Francois, quien actualmente cuenta con más de 145 mil suscriptores -y sumando-.

Sin embargo, el presente de Francois no se construyó de la noche a la mañana. En el camino debió tomar importantes decisiones, como dejar su carrera deportiva para priorizar su carrera profesional, o renunciar a un trabajo estable en el mundo vitivinícola para alcanzar el sueño de emprender. Todas estas decisiones fueron parte de la charla organizada por el profesor Christian Cancino para el curso Gestión de la Empresa, en la que las y los estudiantes conocieron su experiencia desde su paso por la FEN hasta su presente como emprendedor y youtuber.

 

– ¿Siempre quisiste estudiar Ingeniería Comercial?

“En el colegio yo tenía muy claro que quería ser emprendedor, siempre me llamó la atención algún día tener un negocio. De chico tuve algunas experiencias y eso me gustaba, lo encontraba muy entretenido. Ingeniería Comercial siempre fue la primera opción porque pensaba que era lo que me podía entregar la mayor cantidad de herramientas para ser emprendedor. Di la prueba, la PSU en ese minuto, y entré aquí, a la Uchile. Al mismo tiempo, yo era deportista de alto rendimiento. Competía por Chile desde la época escolar, me iba muy bien en atletismo. A pesar de eso, me iba bien en los estudios y pude entrar de forma directa, y me gustó mucho la facultad desde un principio”.

 

– ¿Qué recuerdas de tu etapa universitaria?

“Yo era deportista y entrenaba todos los días, y había muchas veces que no podía venir a la universidad, a clases, porque tenía que entrenar o viajar a un campeonato fuera de Chile. De hecho, el primer año que estuve en la universidad me tocó viajar a China, entonces imagínate: estás estudiando una carrera que es muy exigente, pero al mismo tiempo tenía que representar a Chile en un campeonato mundial juvenil. Mi primer año en la universidad fue muy difícil, porque me costaba mucho compatibilizar los estudios con el deporte. En segundo año le agarré más el ritmo, pero ya al final de la carrera decidí enfocarme 100% en la universidad”.

 

– ¿Cómo fue tu inserción al mundo laboral? ¿Pensaste en emprender inmediatamente?

“En 2010 había un programa de ProChile para hacer una práctica en una oficina en cualquier parte del mundo. Postulé, y logré irme a la oficina de ProChile en Vietnam al año siguiente. Para mí, esta fue una experiencia inolvidable que me marcó mucho, aprendí muchísimo. Estuve siete meses en Vietnam; yo tenía la posibilidad de ir a la oficina en Nueva York, París, de ciudades más «glamorosas», pero elegí Vietnam porque realmente quise vivir una experiencia diferente. Después volví, me tocó dar el examen de grado, y como no tenía una idea de negocio concreta finalmente decidí emplearme, y ahí estuve siete años. Lo que sí puedo decir es que, cuando salí a buscar trabajo, salir de esta facultad me abrió infinitas puertas; me di cuenta que realmente era un activo muy importante”.

– ¿Cómo fue tu paso por el mundo vitivinícola?

“Cuando estuve en Vietnam me tocó recibir a varios exportadores de vino de Chile. Me gustó mucho ese mundo, y al mismo tiempo estaba un proyecto de mi papá, que es enólogo y cuando entré a la universidad empezó a hacer vinos a una escala muy artesanal. Entonces, sentía que trabajar en alguna viña me podía dar muchos conocimientos, habilidades y herramientas para eventualmente ayudar a mi papá. Estuve siete años trabajando en vinos, pero la idea de emprender siempre fue mi norte. Cuando salió la oportunidad de crear Float no lo pensé dos veces”.

 

– ¿En cuántas ideas trabajaste antes de lanzarte con Float?

“Yo creo que debo haber tenido 100 ideas de negocio desde que entré a la FEN. Me gustaba pensar en ideas y desarrollarlas, simplemente porque estaba buscando qué cosa podría hacer que me apasionara hacerlo. Me sirvió muchísimo todo ese trabajo que hice para atrás, todas esas cosas que probé, que intenté. Cuando hice Float tenía mucho más clara la película de cómo tenía que hacerlo”.

 

– ¿Crees que tu trayectoria como youtuber te ha permitido aprender aún más para tus proyectos?

“Sí, totalmente. A mí siempre me gustó hablar de emprendimiento con otros emprendedores, y mi canal de YouTube generaba un espacio ideal para hablar de un tema que me apasionaba mucho. También me permitía llegar a personas que no me habrían dedicado su tiempo para hablar de emprendimiento, pero como aquí estaba la excusa de que esto lo iban a ver miles de personas, eventualmente, me abría muchas puertas para llegar a personas que quizás eran inaccesibles. Yo aprendo mucho con mi canal de YouTube, con los consejos que dan los empresarios, y tuve la fortuna de darme cuenta de que eso mismo quieren saberlo cientos de miles de otras personas”.

 

– ¿Qué le recomiendas a las/os estudiantes que tienen en mente desarrollar un emprendimiento?

“Tratar de buscar algo que les apasione, porque va a aumentar la probabilidad de que les vaya bien. Ojalá dedicarle el 100%. Si están en la universidad va a ser difícil, pero pueden dedicarle un gran porcentaje de su tiempo, y ahí van a tener que sacrificar cosas que les gusta hacer para poder dedicarle tiempo tanto a los estudios como al emprendimiento. Después, hay que dar el primer paso. No hay que quedarse tanto pegado en la planificación, sino que atreverse, y ojalá todos los días puedan dar distintos pasos e ir avanzando hacia lo que quieren hacer. Emprender es difícil, hay un montón de cosas que uno no sabe hacer, pero uno tiene que confiar que en el camino las van a ir resolviendo, y qué mejor que hacerlo en la universidad, porque hay instancias donde pueden encontrar ayuda”.