¿Por qué hacemos amigos/as?

Como bien sabemos, las personas nos caracterizamos por formar parte de grupos sociales, manteniendo continuas interacciones con iguales, familia, compañerxs de trabajo, etc. Dichas interacciones no son innatas, sino que son fruto de un proceso de aprendizaje a medida que van madurando las relaciones sociales.

De todos estos grupos sociales, la amistad se caracteriza por ser una de las relaciones “más libres”, esto principalmente porque no hay reglas a priori que regulen la amistad como sí se da en la familia, por ejemplo.

La amistad puede definirse como un vínculo afectivo recíproco, que se establece libremente entre dos o más personas que no tienen una relación ni sexual (pareja) ni, en principio, de sangre (familia), o formal (profesional). En la amistad se experimentan situaciones tales como:

  • Compartir actividades y/o circunstancias
  • Comunicación y comprensión mutua
  • Afecto e interés por la otra parte
  • Confianza y sinceridad mutua
  • Disponibilidad y compromiso mutuo

Como ya se podrán imaginar, formar vínculos de amistad es muy beneficioso para nuestra salud mental. En ese sentido, el ejercicio de la amistad resulta ser una de las fuentes más importantes de bienestar psicológico y felicidad humana. Ya desde la adolescencia las relaciones de amistad cumplen algunas de estas funciones:

  • Contribuye al desarrollo de sí mismo/a.
  • Refuerza y consolida las normas del grupo, por lo que son agentes socializadores.
  • Fomenta el desarrollo moral de la persona.
  • Ayuda al desarrollo de competencias sociales.
  • Proporciona placer y diversión.
  • Fomenta el aprendizaje de roles.
  • Favorece la exploración y el aprendizaje.
  • Satisface necesidades emocionales y de cercanía.

Y en nuestra juventud y adultez el simple hecho de ser escuchado/a, comprendido/a y querido/a suele actuar como un buen calmante a nivel emocional. Está claro que tener un amigo/a puede brindarnos mucho bienestar emocional, sobre todo cuando queremos desahogarnos sobre situaciones que ocurren en otras relaciones íntimas, como sería el caso de la familia o la pareja.

Asimismo -y posicionándonos desde el otro lado- ver que hay personas que nos confían sus inseguridades, preocupaciones, malestares y emociones negativas hace que nos sintamos valorados/as, comprendiendo que podemos llegar a ser una fuente de apoyo para los demás.

¿Cómo nos relacionamos en la modalidad online?

En el encuentro de la vida estudiantil con frecuencia se crean las amistades que nos acompañarán toda la vida. Sin embargo, nos encontramos en un contexto que es nuevo para todos/as -y esto incluye la universidad-, un contexto en el que frecuentan los encuentros a través de una pantalla. De ahí la dificultad para “encontrarnos socialmente” con nuestros compañeros/as, profesores/as, etc.

¿Entonces, cómo hacer amigos?, es una de las dudas que puede surgir, más aún si es nuestro primer año en la universidad. Una respuesta es que no hay una manera única o correcta de hacer amigos, es algo que hemos aprendido a hacer de forma experiencial, a partir de nuestras propias vivencias. De todas formas, te dejamos algunos consejos o tips que pensamos podrían facilitar instancias para hacer amigos

  • Si haces un trabajo grupal, recuerda que no necesariamente tienen que hablar del trabajo todo el tiempo. ¡Pueden usar el espacio como un espacio para distraerse y hablar de otros temas!
  • Prende la cámara, vernos aunque sea a través de una pantalla nos hace sentir más cercanos, ¡además que hacerlo incentiva a que más gente lo haga!. También puede abrir espacios entretenidos de conversación, podemos comentar sobre alguna mascota que se cruce por delante u otra situación que veamos.
  • Si es que prender la cámara se te dificulta, puedes comenzar por prender la cámara solo con tus compañeros en un grupo reducido de personas.
  • No estamos acostumbrados a las clases online pero ¡sí a las redes sociales!, compartir tus redes sociales -si es que te sientes cómodo haciéndolo- puede generar otras instancias de conversación, además de conocer a tus compañeros en otros escenarios.
  • Recuerda que como tú, hay más personas pasando por esta situación, nadie estaba preparado para la vida online.